Aquella noche la terminamos, como tantas otras, en la casa de Willy. Último cubata, última partida al FIFA, último porro,... cuando apareció su hermano mayor. Nos regaló el vacile correspondiente y se fue directo a la cadena de música porque quería poner "una canción". Buscó un CD en concreto, seleccionó la tercera pista, y subió el volumen con el mando. Como llevaba más cubatas encima que todos nosotros, no le importó que fueran casi las 4 de la madrugada para gritarnos "es la mejor canción de la puta historia". Comenzó a sonar una suave batería acompañada de un teclado, después una línea de bajo, después llegó la voz... Me quedé absortó, no dije ni una palabra mientras duró. Me metí en ella y fui capaz de abstraerme de todo lo que me rodeaba, incluso de los berridos del hermano de Willy. Cuando terminó, con algo de vergüenza, pregunté que quiénes eran. "Son U2", me dijo. Y se fue a su habitación. No me atreví a insistir por el nombre del tema. Una se
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